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updated 3:03 PM UTC, Oct 8, 2024
Jaime Rey

Jaime Rey

La via crucis nelle frontiere

La via crucis nelle frontiere

Non è per niente facile raggiungere un rapporto maturo ed equilibrato con il mistero della persona di Gesù. C'è sempre una tensione tra la dimensione umana e quella divina. Purtroppo spesso si perde questa sana dialettica e non mancano quelli che pensano che Gesù è soltanto un superuomo e fanno molta fatica a sperimentare la sua divinità. Non manca, tuttavia, anche chi si trova comodo di fronte ad un Gesù divino, onnipotente, bello, impassibile e lontano della realtà.

Il teologo luterano, santo e martire, Dietrich Bonhoeffer, morto nel campo di concentramento nazista a Tègel, si è fatto questa domanda: Cosa significa veramente per noi oggi Gesù? Come mai la guerra mondiale non ha provocato nessuna reazione nelle comunità cristiane dell'Europa?

In questi giorni, tante nazioni fanno dei "negozi" con altri, e chiudono le frontiere e gli occhi –il cuore è stato chiuso molto prima- e se ne fregano delle migliaia di esseri umani che si trovano tra vita e morte, perché non sanno cosa fare. E noi cosa facciamo? Chi è veramente Gesù per noi oggi? Forse siamo noi i primi secolarizzati, pronti a parlare delle radici cristiane dell'Europa, pero ogni giorno più lontani dai valori cristiani.

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Vi proponiamo di fare la via crucis, senza dimenticare il cammino fatto da Gesù. Cerchiamo di metterci nella pelle del Cristo sofferente alle porte delle nazioni, sui reticolati delle frontiere, col freddo, senza cibo, incompresi a causa della lingua, caduti nel fango, talvolta condannati a morire di stenti o annegati... Signore ho peccato con la mia indifferenza, la mia paura e la mia comodità... abbi misericordia di me e aiutaci a liberare delle pene dell'inferno sulla terra tanti nostri fratelli rifugiati. Amen.

Jaime Rey OFMCap

Aprender a trabajar juntos

Aprender a trabajar juntos

Hace pocos días ha llegado a su fin el VIII CPO sobre la gracia de trabajar. Ahora nos toca a nosotros iluminar nuestra realidad con sus intuiciones. Es el tiempo de pasar a los hechos.

Al principio de la reforma capuchina, los primeros frailes fueron llamados los hermanos del testamento, justamente porque, como le gusta señalar a nuestro Ministro General, se atrevieron a hacer una lectura e interpretación propia de la figura de San Francisco, evidenciando algunos aspectos en los que San Francisco había insistido mucho y se estaban olvidando. Uno de estos subrayados, en la tradición capuchina, ha sido la gracia del trabajo manual.

El tiempo de la formación inicial es tiempo para aprender a trabajar juntos, a fortalecer las herramientas necesarias que nos exige el trabajo en equipo. No somos miembros de una empresa, nuestras motivaciones son muy distintas. No buscamos sólo el corporativismo, la eficacia y la excelencia, sino el testimonio de un grupo de hermanos que se mueven desinteresada y gratuitamente con la finalidad de hacer el bien a todos.

En estos tiempos nuevos estamos llamados a crear nuevos procesos y nuevos espacios que nos ayuden al mismo tiempo a re-crear el mundo de nuestras relaciones fraternas. El trabajo común nos puede ayudar a crear nuevos espacios de encuentro que nos ayuden a su vez a vivir con mas coherencia nuestra vocación de hermanos.

La contemplación siempre nos sitúa frente a lo nuevo, y lo nuevo, a pesar de las dificultades, siempre trae alegría. Trabajar juntos exige programar muchos momentos de reflexión y de oración para discernir juntos. El trabajo es gracia y deseo de plenitud, es, en definitiva, búsqueda de Dios que nos invita a ser co-creadores y creativos en el proceso de plenificación de todo lo creado.

Por último, no sólo trabajamos para ganarnos la vida con nuestro propio esfuerzo, que también, además nuestra trabajo desde la perspectiva de la minoridad nos pone en relación con las personas más desfavorecidas. Trabajar con y para los otros, aprendiendo a anunciar el Reino desde las cosas pequeñas y concretas, haciendo creíble nuestra solidaridad.

Este es nuestro reto, aprender a aprender a trabajar, hacerlo juntos, con un estilo carismático propio, favoreciendo las relaciones entre nosotros y con los otros, haciendo realidad, hoy, el sueño de Francisco, que siempre quiso que sus hermanos trabajasen fiel y devotamente.

Fra. Jaime Rey Ofm Cap.,

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