Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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updated 9:58 AM UTC, Apr 24, 2024

Venerable Padre Alberto Beretta, OFM Cap.

El 10 de agosto de 2001 moría en Bérgamo el padre Alberto Beretta, médico, sacerdote, misionero, hermano capuchino. Nació en Milán el 28 de agosto de 1916. Sus padres, Alberto y María De Micheli, lo bautizaron con el nombre de Enrique. De joven ingresó en la Acción Católica y fue un atento educador de los jóvenes para los cuales fundó los “focolari”, que seguía con pasión y dedicación.

Se doctoró en medicina en la Universidad de Milán. En su familia respiró la espiritualidad franciscana, pues sus padres pertenecían a la Orden Franciscana Seglar.

El conocimiento y la amistad con algunos hermanos capuchinos lo ayudaron a concretar su sueño de ser sacerdote, religioso y de ofrecer su trabajo de médico en favor de las poblaciones del Noreste del Brasil en el Estado de Maranhão. Allí los hermanos lombardos desarrollaron y desarrollan la obra de evangelización y de promoción humana.

En 1943, luego de la caída del fascismo, se trasladó a Suiza donde continuó trabajando como médico y realizó en Friburgo los primeros dos años de teología. Regresando a Italia continuó los estudios teológicos en Milán en el convento de los Capuchinos de plaza Velasquez, donde fue acogido como oblato, asumiendo el nuevo nombre de fray Alberto María.

Con las cartas dimisorias del capuchino Mons. Emilio Lonati, Obispo prelado de Grajaú, el Cardenal Alfredo Ildefonso Schuster, Arzobispo de Milán, lo ordenó sacerdote el 13 de marzo de 1948.

Al año siguiente partió hacia Brasil. En Grajaú rápidamente dispuso un ambulatorio donde comenzó a atender a los enfermos que acudían de todas partes. Pero tuvo que ir a Río de Janeiro y luego a Porto Alegre donde dio los exámenes para revalidad su título de medicina y pudo estudiar mejor las enfermedades tropicales. Fueron años de estudio y de experiencia.

Regresando a Grajaú, el Siervo de Dios se dedicó con todas sus energías, a la construcción del Hospital San Francisco de Asís con la colaboración de los hermanos Francisco, arquitecto, y luego de don Juan, ingeniero. A fines de los años 70, con la mediación su amigo Marcelo Candia, deja la dirección del hospital a los Padres Camilos. Al hospital se agrega el Pueblo San Marino para acoger y curar leprosos.

Finalmente, los tiempos llegaron a su madurez y luego de un año de noviciado en Guaramiranga (Ceará) se hizo, por la profesión religiosa (16 de agosto de 1961), hermano capuchino. Tres años después, el 16 de agosto de 1964, emitió la profesión perpetua. El Padre Alberto continuó durante veinte años desarrollando su incansable actividad como médico y como sacerdote, incluso en los parajes perdidos de la selva.

Su intensísimo compromiso en favor de los enfermos más pobres y desfavorecidos fue desgastando progresivamente su robusto organismo: el día de Navidad de 1981 sufrió un derrame cerebral que lo dejó parcialmente paralizado. Conducido a Italia, vivió 19 años y ocho meses su inmolación silenciosa, cariñosamente asistido por los hermanos hasta la llamada del Padre a la vida eterna.

Como de Jesús, del Siervos de Dios podemos decir que “paso entre los hombres haciendo el bien y sanando a todos”, edificando a todos, amando, dándose incansablemente, llevando a todos en su corazón compasivo y misericordioso. Fue un hombre de gran fervor, de intensa oración y comunión con Dios, amigo de los niños, de los pobres, de los que sufren, apóstol y hermano de los aborígenes. Estamos seguros de que, desde el Cielo, junto a su hermana Gianna Beretta Molla, canonizada por Juan Pablo II el 16 de mayo de 2004, continúa intercediendo y protegiendo a todos los pequeños y los enfermos de la tierra.

En la vasta región de Grajaú, el eco de la fama del Padre Alberto, médico santo, continúa resonando y extendiéndose hasta los confines del Nordeste del Brasil. El Obispo de Bérgamo, Roberto Amadei, abrió el Proceso de canonización del Siervo de Dios Padre Alberto Beretta. Luego de cinco años, el 11 de septiembre de 2013 el Obispo de Bérgamo, Mons. Francesco Beschi clausuró el Proceso Diocesano en la iglesia de los Capuchinos de Bérgamo.

El 12 de octubre de 2013, se realizó un gran deseo: los restos mortales del Siervo de Dios fueron trasladados del Cementerio Cívico de Bérgamo a la iglesia de los Capuchinos en una multitudinaria celebración, siendo colocado en un decoroso y simple sarcófago en la capilla dedicada a San Francisco de Asís. Del “Padre” al “hijo” continúa una historia viva de pasión por el Señor y de amor en el servicio a los pequeños, los pobres y los enfermos.

Con el Decreto del 14 de diciembre de 2023, el Santo Padre Francisco declaró que el Siervo de Dios padre Alberto Beretta, vivió de manera heroica las virtudes teologales, cardinales y las propias de su estado religioso. La presentación de un milagro obtenido por su intención lo conduciría a la beatificación.

Modificado por última vez el Miércoles, 20 Diciembre 2023 17:34