Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

Log in
updated 11:54 AM UTC, Mar 20, 2024

María Francisca Ticchi

María Francisca Ticchi (1887-1922), Clarisa Capuchina de Mercatello

En la tarde del 23 de noviembre de 2020 el Santo Padre autorizó la firma del Decreto super virtutibus de la Madre María Francisca Ticchi, Clarisa Capuchina del Monasterio de Mercatello.

La Venerable Sierva de Dios María Francisca Ticchi nació el 23 de abril de 1888 en Belforte all’Isauro (PU), segunda hija de José y Ana Gostoli. Bautizada al día siguiente con el nombre de Clementina Adelaida Cesira, creció en un ambiente familiar sereno y laborioso, ayudando en los trabajos de la casa y en el cuidado de los hermanos, de uno en particular, que llevó mucho tiempo en brazos al punto de causarle una deformación de huesos en el costado.

La familia de Clementina tenía la costumbre de visitar una vez al año el monasterio de las monjas Capuchinas de Mercatello sul Metauro, construido sobre la casa natal de la mística capuchina santa Verónica Giuliani. Fue durante una de estas visitas, el 1 de agosto de 1899, que la Sierva de Dios escuchó la llamada a la vida de clausura. Cumplidos los 15 años, de acuerdo con sus padres, el 24 de noviembre de 1902, entró como postulante corista.

Por una situación particular y dolorosa dentro del monasterio, el postulantado de Clementina se prolongó por tres años y medio.

Antes de la vestición la joven candidata fue enviada unos vente días a su casa donde encontró el afecto de siempre, pero también, sobre todo por parte del padre, una cierta reticencia al verla entrar en un monasterio del que se hablaba tanto.

De regreso al monasterio, el 6 de marzo de 1906, luego de haber superado un episodio agudo de artritis reumatoidea, el 21 de junio de 1906 pudo finalmente vestir los paños de la probación asumiendo el nombre de hermana María Francisca. Emitió la primera profesión el 9 de julio de 1910 y, tres años después, el 9 de julio de 1910, la profesión perpetua.

En el monasterio la Sierva de Dios vivió una existencia de total dedicación al Señor, de fiel observancia de la Regla, de oración, de pobreza, de servicio y de caridad hacia sus hermanas. Realizó primeramente el oficio de encargada de la despensa y, desde 1914 hasta su muerte, el de maestra de novicias, servicio en el que se hizo apreciar por su sabiduría, maternidad y equilibrio.

En el invierno de 1907 se le manifestó una pleuritis, de la que tuvo una recaída en el siguiente invierno. Finalmente le fue diagnosticada tuberculosis pulmonar. Desde 1915 la artritis reumatoidea se complicó con dolorosas ulceraciones en la rodilla y la pierna. En julio de 1915 se enfermó de tifus y de bronquitis y en 1916 la tuberculosis se manifestó como tuberculosis ósea que le afectó algunas vértebras. Con poco más de veinte años, por la deformación de las vértebras, la Sierva de Dios aparecía encorvada como una anciana.

Se intentó intervenir con algunos remedios terapéuticos, pero sin resultados evidentes. A inicios de 1922 le fue diagnosticada la tuberculosis pulmonar. Con gran paciencia, esforzándose para no ser un peso a las hermanas y buscando cumplir con todos los deberes religiosos, la Sierva de Dios se ofreció en espíritu de reparación y en unión con el Señor.

Las condiciones de la Sierva de Dios empeoraron en la noche del 19 al 20 de junio de 1922, estando, con todo, siempre vigilante y sonriente. Recibidos los últimos sacramentos, moría el 20 de junio de 1922 y fue sepultada en el cementerio de Mercatello.

Modificado por última vez el Martes, 24 Noviembre 2020 15:07