Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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Giovanna Francesca dello Spirito Santo (1888-1984) (N. Prot. 1858)

Fondatrice delle Missionarie del Verbo Incarnato. Luisa Ferrari nasce a Reggio Emilia il 14 settembre 1888. Nel 1907 consegue il diploma per l'insegnamento elementare e nello stesso anno entra a fa parte del Terz'Ordine Francescano. Il 10 dicembre 1929 a reggio Emilia raduna le prime compagne decise ad impegnarsi per la consacrazione in una nuova Congregazione religiosa. L'11 ottobre 1947 la Santa Sede riconosce la nuova Famiglia. Inizia così l'avventura di una donna coraggiosa, missionaria, esperta di umanità, dedita alla Chiesa e al Regno d Dio. Muore a Fiesole (Firenze) il 21 dicembre 1984. L'Inchiesta diocesana è stata celebrata a Fiseolo dal 25 marzo 1992 al 25 marzo 2005. Il decreto di validità giuridica è stato firmato il 22 maggio 2009. La Positio è stata consegnata in Congregazione il 23 ottobre 2013. Il Congresso dei Consultori Teologi nella seduta del 9 novembre 2017 rispondo positivamente al dubbio circa la vita virtuosa della Serva di Dio. La Sessione Ordinaria di Cardinali e Vescovi del 19 febbraio 2019, riconosce che la Serva di Dio ha vissuto eroicamente le virtù. Il 19 marzo 2019 viene messo il Decreto super Virtutibus.

Scarica - DECRETUM SUPER VIRTUTIBUS

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Francesca dello Spirito Santo

Carolina Paulina nace el 12 de diciembre de 1820 en Mailhac, en la región francesa del Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées, primogénita de Antonio Baron y Francisca Rosa Justine Granier. Sus padres fueron sus primeros educadores en la fe y aún pequeñísima es llamada a enseñar el catecismo. Desde 1825 a 1830 concurre a la escuela elemental de las Hermanas Notre Dame en Narbona para pasar luego a estudiar en el colegio de las Hermanas de San José, llamadas “de Léon”, en Saint-Pons: aquí, a los doce años, recibe la Primera Comunión.

Luego de haber obtenido el diploma de maestra, movida por la vocación religiosa, el 24 de septiembre de 1836 fue admitida entre las Hermanas de San José. En septiembre de 1840 emitía la profesión perpetua y al mismo tiempo se le asigna la tarea de maestra en Montpeyroux y, vistos los excelentes resultados, en 1847 le fue confiada la dirección de la escuela más importante de Bédarieux, oficio que desarrolla hasta 1851. Sus logros, no solo en el campo escolar, le traen sospechas y calumnias por parte de lagunas religiosas llevando al Consejo General de la Congregación a decidir incardinarla en otra Provincia de la Congregación y trasladarla a Mailhac, donde fue nombrada asistente y maestra novicias.

En 1856 se le confía la fundación de una escuela en Lézignan cerca de Lailhac, instalada en un antiguo monasterio de Clarisas suprimidas durante la revolución. En el recorrido entre la casa a la escuela había una capilla que pertenecía a la Tercera Orden Franciscana donde se detenía a orar. Es en este lugar donde encontró y se nutrió de la espiritualidad de San Francisco de Asís y donde comenzó a practicar con mayor intensidad la piadosa devoción del Via Crucis.

Dividiendo su tiempo y trabajo entre el noviciado en Mailhac y la escuela en Lézignan, la Sierva de Dios se ganó la simpatía de las alumnas y de las familias, como también la estima del clero por su colaboración efectiva en la formación de los niños. Fue un logro completo, recogiendo excelentes resultados a nivel pedagógico y religioso, pero al mismo tiempo despertando, por la novedad de este apostolado masculino, fuertes celos.

La situación se hizo tan difícil y dolorosa que la Sierva de Dios sintió la necesidad de hablar con el Obispo, Mons. Charles-Thomas Thibault que, como superior eclesiástico de las Hermanas de San José, le ordenó salir y, conservando el hábito, volver a su familia hasta que no le dé otras indicaciones. En mayo de 1859 Mons. Charles-Thomas Thibault la dirigía a un Instituto en el cual desarrolló su ministerio. Mientras hacía este camino se encontró con Louis Faurie, párroco de Rayssac-sur-Lampy, terciario franciscano que la inscribió en la Tercera Orden Franciscana el 11 de octubre de 1860, la vistió con el “hábito de la Penitencia”, agregando a su nombre el de François du Saint-Esprit.

El mismo don Louis Faurie le presentó al jesuita padre Clément Cathary, que estaba por partir hacia Madagascar y al franciscano observante, padre Léon de Clary. Con el consejo de ellos y el apoyo de los Frailes Capuchinos de Toulouse, la Sierva de Dios comienza la fundación de una nueva Congregación religiosa.

El Instituto de las Terciarias Franciscanas de Montpellier recibe la aprobación de Mons. Charles-Thomas Thibault el 16 de diciembre 1860, autorizando a la Sierva de Dios y a otras tres compañeras a establecerse en una casa en Saint-Chinian, a partir del 3 de abril de 1861. El 4 de abril en el jardín de la nueva casa fue entronizada la Cruz y el 5 de abril se abrió la escuela con 30 alumnas. En 1866 la Congregación era agregada a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos.

La Sierva de Dios, nombrada Superiora General por Mons. Charles-Thomas Thibault en 1861, fue reelecta en los Capítulos generales por unanimidad hasta el último Capítulo en 1878. Poco tiempo después de la celebración del Capítulo general, la Sierva de Dios comenzó a manifestar signos preocupantes en su estado de salud que alarmaron a las hermanas y se le aconsejó tomarse un período de descanso y de recuperación en Lamalou-les-bains, pero sin ninguna mejora. Serán cuatro años de continuas enfermedades.

La noche de Navidad de 1882 asistió a la Santa Misa queriendo luego encontrarse personalmente con todas las hermanas presentes pidiéndoles que le cantasen algún canto. En la mañana recibió los últimos sacramentos con plena conciencia, muriendo el 28 de diciembre de 1882, día de los santos Inocentes, a las 2 de la madrugada.